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Oktoberfest en Madrid. La crítica.

octubre 28, 2009

Descubre más detalles sobre la organización del evento y las marcas que se degustaron pinchando aquíí

Este jueves arranca la segunda semana de la I Feria de la Cerveza de Madrid. Hace unos días anuncíabamos aquí, casi en primicia, la celebración de este evento, que se ha venido a llamar la Oktoberfest castiza. Por su puesto, Madrid no duerme se ha pasado por allí para comprobar ‘in situ’ las bondades y los inconvenientes de la fiesta birrera.

La Plaza de Toros de las Ventas luce una inmensa lona en la entrada central advirtiendo a los usuarios del camino a la diversión. La entrada es gratuita, con la salvedad de que un guardia de seguridad, del que hablaremos un poquito más tarde, vigila que los clientes no entren con algún objeto contundente. Tras un pasillo se descubre una inmensa carpa de circo que rodea el interior del coso. Su forma cónica, y las tablas colocadas en el ruedo no permiten adivinar la grandeza de la plaza de toros. Quizá la empequeñecen, pero eso es lo de menos.

Al estilo de la Oktoberfest alemana, la ‘arena’ está repleta de mesas con sillas de madera colocadas en una decena de filas. En los lados, las antiguas chiqueras son ahora lugar para la venta de las cervezas de grifo y de comida germana. De hecho, para conseguir una birra de cristal debes salir de la carpa y pasear por los pasillos que circundan las gradas. La consumición va acompañada de una jarra de cerámica para los botellines y las bebidas de medio litro, y unas jarras más grandes de cristal transparente para las consumiciones de un litro.

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Sobre el precio, hay opiniones para todos los gustos. Los acostumbrados a acudir a los pubs irlandeses o cervecerías especializadas de la capital consideran barato pagar 4-4,5 euros por medio litro en cualquiera de sus variedades ó entre 3,5-4 euros por botellín de distintas marcas. Otros, más asidudos a la caña de toda la vida, a la litrona tombolera o a la lata nocturna del chino aseguran que, con estos precios, «difícilmente podía uno acabar borracho sin dejarse un riñón». En los aperitivos destacan las salchicas alemanas con patatas, a 7,5 euros; y, de postre, la tarta de manzana, a 4 euros. Y ojo con el aforo, porque si se llenan completamente las mesas es necesario comprar un ticket de 5 euros valido para una consumición.

La reunión de los cerveceros del lugar la ameniza por momentos música enlatada y por otros algunos grupos de música, que tocan en un escenario situado al fondo central. Aunque sobre gustos no hay nada escrito, como dice el desfasado refrán, no es de recibo que en una fiesta de esencias marcadamente anglosajonas y europeas tenga cabida grupos de country americano. Tampoco lo es el volumen de la música, tanto de los directos como del playback, que obligaba a la clientela a alzar su gradación de voz por encima de lo que hacen en muchas discotecas de esas en las que se desgañita uno vivo para ligar.

IMG_0030(2)Lo mejor de Oktobertest madrileño es, sin duda, su público. Variado pero predominantemente currante, predominantemente veinteañero y treinañero, aunque no faltaba alguna pareja madura o alguna familia. De hecho, los críos tienen reservados los sábados y domingos un área para ellos, por supuesto libre de alcohol. Por momentos, el gentío se animaba y se levantaba de las mesas a brindar o hacer el chorra. A diferencia de los alemanes, los españoles, una vez alcanzan el puntillo, prefieren estar de pie que sentados, a riesgo de que muchos pierdan la verticalidad. Cantos, bailes y diversión corren como la espuma que serven los camareros, hasta tal punto que, llegada la hora del cierre, muchos no querían irse.

Y otros muchos querían hacerlo con un recuerdo no incluido en el precio: las bonitas jarras de cerámica. Así, ocultas bajo chaquetas y jerseys desfilaban camino de la puerta muchos, sin saber que el orondo vigilante recuperaba casi todas tras una rápida inspección. No obstante, aconsejo eludir su acción saliendo un momento del recinto con cualquier excusa al menos una hora antes del cierre y ocultando la jarra en alguna bolsa o cazadora ancha, nunca debajo de un abrigo. A esas horas el guardia no controla con tanta minuciosidad como a la salida.

Los organizadores de la Feria están contentos con el resultado de la primera semana. Sin embargo, en esta segunda esperan más público, habida cuenta de que el tiempo acompaña y las nóminas calentitas también. Quizá sea demasiado tarde para que tomen nota de las deficiencias este año. También faltarían otras cuestiones que incorporar para convertirla en toda una Oktoberfest hispana. Eso sí, la ubicación y el ánimo de los participantes son las grandes baza a mantener en próximas concentraciones bírricas. Que así sea.

7 comentarios

  1. Son algo caros los precios, pero en el Oktoberfest de Munich te cobran 8-9 euros por litro de cerveza. Eso sí, me llevaré una jarra, que es que viene incluida en el precio, je je


  2. vaya pedo yeva el de la foto no?


  3. El chaval es un militar de la Marina brasileña. A nosotros nos pareció que iba normal. De todas formas, tenía el estómago acostumbrado porque había estado en Munich…


  4. Esse rapaz não me é estranhu…parece um amigo meu brasileiro que vivia bêbado!!Se for ele diga q estou morrendo de saudades e q a Mariozinn é só dele qdo ele voltar!!!huahuahu

    Traducción del comentario: «Ese muchacho no me es extraño. Parece un amigo mío brasileño que vivía borracho!!Si fuera él dile q me muero por saludarle y q la Mariozinn es sólo para él cuando vuelva!!!huahuahu


  5. Olá, Desirré. Sim, este rapaz é brasileiro. Tinha estado em Munich recentemente e estava nesse momento em Madri bebendo cerveja. Comentou que era marinho. Espero ter-te servido de ajuda. Um saúdo

    Traducción: Hola, Desiré. Sí, este muchacho es brasileño. Había estado en Munich recientemente y estaba en ese momento en Madrid bebiendo cerveza. Comentó que era marino. Espero haberte servido de ayuda. Un saludo


  6. Poxa que legal…muito obrigada, ajudou mesmo!!rsrs Saudades dele e dos amigos dele…Um salve pra vc tb!!


  7. Alguien sabe los horarios????



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